Parque Nacional de Cajas

Madrugamos un poquito para comenzar nuestra aventura por el Parque Nacional de Cajas, situado a una hora de Cuenca en mitad de la sierra ecuatoriana.

Nos recibió una agradable ola de frió ártico (caxas en quechua) por lo que nos preparamos a conciencia para visitar  los frondosos bosques, donde según cuentan, habitan los duendes y las hadas. 

Los tres cruzando el puente

Tricky cruzando el puente

Hacía tanto frío que la caraceristica llama (animal del parque) estaba de vacaciones en la playa, no vimos ni una...tan sólo sus cagarrutas(similares a los frijoles que acompañan varios platos típicos de aqui)! Decidimos hacer una ruta de 4 horas que recorría las más bellas lagunas del parque, aunque con Manu persiguiendo jilgueros, tardamos unas 6...

Otra curiosidad de estos bosques es que en ellos se encuentran los árboles que crecen a más altura del mundo: los Polilepis. 

El parque se encuentra a casi 4.000 metros de altitud, como en el Lago Titicaca por lo que encontramos el característico junco con el que se construian las islas flotantes: la totora.

Al terminar la excursión empapados por la agradable llovizna que nos acompaño durante el trayecto, nos esperaba una suculenta sopa de papas con pollo y una trucha recién pescada! Una buena comida para afrontar otro curioso trayecto en autobús. Tuvimos que esperar en el puesto de control a que un autobús se dignase a recogernos. Tuvimos "suerte" y conseguimos un sitio en el pasillo atestado de gente del primer autobús. Las niñas ligaron y fueron en "preferente" con vistas panorámicas al lado del conductor.

A la llegada a Cuenca, nos encontramos con Mica y sus amigos que nos llevaron al "reservado" de la disco más popular de la ciudad!!